Es cierto que la madre naturaleza es muy sabia, permitiendo así un equilibrio entre especies. El Hombre cada día más alejado de esta, vive hoy un gran desafío, o sea, regular o combatir sus desajustes metabólicos.
Cuando yo era niño, escuchaba a los adultos decir «Dios dejó las enfermedades, pero también la cura para ellas». No cabe en este contexto debatir sobre creencias religiosas, pero, es cierto que los animales son capaces de buscar en la naturaleza soluciones a sus problemas de salud en muchas ocasiones. El hombre, en tiempos pasados también tenia esta capacidad de autorregulación. Con el paso del tiempo este se fue alejando de su entorno natural y, empieza a vivir una vida llena de hábitos y productos nunca antes experimentados por el. Esto lleva a que en la actualidad, este viva alejado de sus raíces y haya perdido su instinto animal y, con esto su capacidad de autorregulación.
Veamos, por ejemplo, a día de hoy muchas personas no son capaces de regular su apetito, otras no controlan la ingesta de alcohol o otras substancias, otras no controlan las ganas de jugar a video juegos, etc.
Con la afán de resolver todos estos desequilibrios, el ser humano empieza a desarrollar medicamentos sintéticos, de rápido efecto, pero, con muchos efectos secundarios, y muchas veces de precio muy elevado. Es entonces cuando el Hombre se desvincula casi por completo de la medicina tradicional (fitoterapia).
Dado el aumento exponencial de los desequilibrios metabólicos sufridos por la población mundial, el Hombre busca un acercamiento a la madre naturaleza y a las terapias naturales complementarias.
A dio de hoy las grandes farmacéuticas son conscientes de la creciente demanda de este tipo de productos y los están comercializando a precios cada día más prohibitivos. Pero, si conoces un poco de fitoterapia, puedes recoger e secar tus proprias plantas. No podrás recoger todas que uses, pero algunas si y, otras las puedes cultivar, a pesar que es sabido que las plantas silvestres presentan mejores características terapéuticas, debido a la vida sufrida que viven en el entorno natural
Si vives en la Península Ibérica, te aconsejo que te hagas con el libro «Plantas Medicinales de la Península Ibérica y Islas Baleares» de Juan Bautista Peris . Geraldo stubing y Ángel Romo y, si vives en otro punto del planeta hace una búsqueda y adquiere un libro de identificación de plantas medicinales de tu zona. Es siempre mejor usar lo que tenemos al lado, por el bien del planeta y del Hombre. Así, aprenderás a identificar y usar mucha flora que hasta entonces te pasaba desapercibida. También será importante que instales una aplicación de identificación de plantas en tu teléfono móvil, una muy buena y fiable es PlantNet, así, tendrás mejor seguridad a la hora de identificar la planta a recolectar.
A continuación te dejo unos consejos de como recolectar, secar y conservar tus plantas.
Recolección
– Es muy importante informarse sobre las especies que queremos recolectar, tenemos que saber si son plantas protegidas, qué partes se
utilizan de cada una y, tener mucho cuidado para no confundirlas con plantas que se asemejen y que puedan resultar tóxicas. Aparte de lo estudiado con antelación te puede ayudar PlantNet, como apuntamos antes;
– De igual modo, es crucial la elección de la zona de cosecha, existen zonas y especies
protegidas. Es muy importante no recoger plantas cerca de fuentes de contaminación, tales como, carreteras y centros industriales, granjas industriales o agroquímicos en el suelo o pesticidas;
– No tenemos el derecho de privar cualquier planta de todas las flores u
hojas, idóneo es no cosechar más del 50% de las plantas en el entorno y
de cada una no más del 40% de su parte aérea o raíz. Así, permitimos la
reproducción y dejaremos que los insectos y otros animales puedan alimentarse.
Es bueno también, escoger flores de plantas que no estén contiguas, para
reducir el impacto sobre la zona, puesto que, de esta forma aseguramos el mantenimiento de los insectos que habitan la zona;
– Utilizar siempre herramientas limpias y, no arrancar las partes de la planta, sino cortar con
tijeras para evitar que la planta se dañe y marchite, con el fin de asegurar su viabilidad;
– No dejar residuos de ningún tipo durante nuestra recolección y no aplastar otras
especies;
– Investigar
sobre el mejor momento para la cosecha, afín de sacar el mejor partido medicinal de cada planta. Este puede variar en función de cada especie, las flores se recogen en periodo de floración cuando estén
bien frescas; las hojas cuando estén tiernas, justo antes que empiece o durante la
floración; las raíces suelen cosecharse al final del verano o en otoño, cuando la
planta haya cumplido su ciclo;
– Recoger en días soleado y empezar la recolección durante las primeras horas de la
mañana, cuando el sol ya haya secado el rocío.
Técnicas de secado
– Acto seguido de recoger las plantas sacúdelas, afín de eliminar restos de tierra, polvo o
insectos, etc.;
– Asegurarte que la planta no está afectada por alguna plaga. Este paso es muy importante para obtener plantas medicinales de
calidad y seguras. Deberás empezar el proceso de secado lo antes posible para evitar que las flores y las hojas se marchiten;
– Existen diferentes métodos de secado. Puedes elegir el más oportuno para ti en función de lo que dispongas.
Tipos de secado:
– Técnica de los ramilletes.
Es la técnica más tradicional para el secado de plantas.
Tienes que realizar unos
pequeños ramilletes con las plantas que quieras secar. Ten cuidado con no apretar
demasiado al momento de atar el ramillete, es mejor un amarre más flojo para que pueda
circular el aire entre las hojas, y así evitarás la aparición de moho o que la planta se pudra.
Cuando tengas los ramilletes listos tienes que colgarlos boca abajo, procurando que
queden separados entre sí y bien expuestos en un ambiente seco y a la sombra, donde
circule el aire.
Este proceso puede tardar entre 7 y 20 días según el tipo de planta (algunas tienen un
mayor contenido en agua y hojas de fibra más resistente).
– Secado en cajones con retícula.
En este caso las plantas recién recolectadas se disponen encima de cajones o bandejas
que tengan una base tipo retícula, para permitir el pasaje del aire entre las plantas. Cada
dos o tres días se les puede dar la vuelta para variar la exposición y permitir que cada
parte se vaya secando al mismo tiempo. Los tiempos de secado son los mismos del
secado por ramilletes.
– Secado en el horno.
Si no dispones de mucho espacio en casa, o simplemente no quieres esperar los tiempos
de secado al aire, puedes optar por un secado más rápido utilizando el horno. En este
caso has de colocar las plantas en una bandeja para hornear, disponerla en el horno a una
temperatura de entre 40 y 50º C, dejando entreabierta la puerta para revisar y evitar
que las plantas se quemen. El tiempo de secado, en este caso se reduce a una hora
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(puede variar dependiendo del tipo de planta). El color de las hojas, que del verde pasan
a un verde-gris, te indicará el momento de sacar las plantas del horno.
De todos modos, yo considero este método el menos apropiado, pues con el calor se desnaturalizan algunas vitaminas (termolábiles).
– Deshidratación: Colocar las plantas en las diferentes bandejas. En el deshidratador eléctrico tardará entre 7 y 8 horas y, en el solar hay que ir probando, dependerá del clima de la zona donde vives.
– Otras formas de
conservación.
Las plantas aromáticas y medicinales, tales como, la albahaca, el tomillo, la salvia, la menta y el romero, etc. pueden fácilmente cultivarse en casa y son un óptimo ingrediente para una gran variedad
de platos y tisanas o infusiones.
Si tenemos algunas de ellas en nuestro huerto o jardín, podemos aprovechar las hojas
frescas con su aroma único.
Durante el
verano podemos cosechar algunas ramas u hojas y conservarlas congeladas o en conserva:
– Congeladas: lavar y triturar las hojas frescas y guardarlas en los moldes para
hielo del congelador, obtendrás unos cubitos aromáticos monodosis, que puedes usar para aromatizar bebidas y cocteles, etc.
– En conserva:
Limpiar, triturar y disponer las hierbas en botes de cristal limpios,
cubiertas por completo con aceite de oliva virgen. Conservar en la nevera (se conservan en la
nevera durante varias semanas), ideales para ensaladas y / o guisos.
Envasado y caducidad
Terminado el proceso de secado, debes separar la parte de la
planta que vayas a utilizar: hojas, flores, tallos o raíces.
Con una tijera o con las manos limpias separa las partes de la planta y guárdalas en botes
de cristal opacos o de porcelana, al abrigo de los rayos del sol o fuentes de calor para no alterar las
propiedades de las plantas. Antes de envasar pasa las hojas por un colador de malla fina
para eliminar eventuales residuos de polvo.
Al cabo de un año las hierbas pierden muchas propiedades, por lo que es una
buena costumbre crear unas etiquetas
personalizadas con el nombre de cada
planta, la zona de recolección y la
fecha de envasado.
Como pudiste observar, obtener tus proprios remedios caseros es bastante sencillo. Hay mucha información disponible y, te aconsejo que empieces siempre por las plantas que ya conoces, también es buena opción que cultives tus proprias plantas, así no habrá peligro de equivocación.
Muchas hierbas se pueden o deben tomar aun que no tengas ninguna indisposición, son ricas en vitaminas y oligoelementos que ayudan a nutrir, aparte hay plantas muy sabrosas, que en infusión o, mezcladas en tisanas son muy agradables de degustar.