Consideraciones generales de fitoterapia – 2

Para  comprender mejor el efecto terapéutico de cada planta o parte de ella, es importante saber cuales son sus principios activos y sus respectivas propriedades.

En este articulo vamos enumerar y definir brevemente los principales principios activos existentes en las diversas plantas medicinales.


– Fenoles

Son un grupo variado de componentes que son desde el ácido salicílico, una molécula similar a la aspirina (ácido acetilsalicílico) hasta los glucósidos fenólicos que contienen azucares complejos. 

Los fenoles son antinflamatorios y antisépticos y, se cree que las plantas los producen  para protegerse frente a infecciones de insectos. junto con el ácido rosmarínico, son antioxidantes y antinflamatorios  muy potentes y, presentan también propriedades antivíricas

Por ejemplo, el té de Canadá (Gaultheria procumbens)., y el sauco blanco (Salix alba), contienen salicilatos. Muchos integrantes de la familia de la menta contienen fenoles; por ejemplo el tomillo (Thymus vulgaris) contiene timol, un potente antiséptico.


– Flavonoides

Son muy frecuentes en el mundo vegetal.

Los flavonoides son compuestos polifenólicos que actúan como pigmentos, aportando color, a menudo amarillo o blanco, a flores y frutos.

Presentan un amplio rango de acción y muchos usos medicinales. Son antioxidantes y especialmente útiles para mantener una buena circulación  sanguínea.

Algunos flavonoides también son  antinflamatorios y antivíricos y, protegen el hígado.

Algunos flavonoides, tales como, la hesperidina y la rutina, presentes en muchas plantas, como el alforfón (Fagopyrum esculentum) o el limón (Citrus limon), fortalecen los capilares y previenen derrames en tejidos adyacentes. Las isoflavonas, presentes, por ejemplo, en el trébol rojo (Trifolium pratense), son estrogénicas y ayudan a aliviar algunos síntomas de la menopausia.


Taninos

Todas las plantas producen taninos en mayor o menor medida.

El sabor penetrante y astringente de unas hojas o corteza cargada de taninos hace que resulten poco apetecibles para insectos y herbívoros.

Los taninos son compuestos polifenólicos que contraen los tejidos corporales. También ayudan a detener el sangrado y a controlar infecciones. Las hierbas con taninos se usan para fortalecer los tejidos excesivamente relajados, como las venas varicosas, para secar secreciones  muy acuosas, tal como, la diarrea y, para proteger tejidos dañados, como pueden ser causados por eczemas o quemadura.

Tanto el roble (Quercus robur) como el cato (Acacia catechu) son muy ricos en taninos.


– Cumarinas

Los distintos tipos de cumarinas presentes en muchas especies vegetales ejercen acciones muy diversas. Las cumarinas del meliloto (Melilotus officinalis) y del castaño de Indias (Aesculus hippocastanum) fluidifican la sangre, mientras que el bergapteno del apio (Apium graveolens) se usa como protector solar y, la quelina de la biznaga (Ammi visnaga) es un potente relajante de los músculos lisos.


– Antraquinonas

Las antraquinonas son el principal componente activo de muchos vegetales como el sen (Cassia senna) y el ruibarbo chino (Rheum palmatum), que se utilizan para aliviar el estreñimiento. Las antraquinonas ejercen sobre el intestino grueso un efecto laxante irritante, causando contracciones de la pared intestinal, lo que provoca la evacuación aproximadamente 10 horas después  de su ingesta. También hacen más liquidas las heces, lo que también facilita la evacuación.


– Proantocianidinas

Muy relacionados con los taninos y los flavonoides, estos compuestos polifenólicos son pigmentos que dan tonalidades azules, púrpura o rojas a frutos y flores. Son poderosos antioxidantes y captadores de radicales libres.

Protegen el sistema circulatorio de daños, especialmente el corazón, manos, pies y ojos.

La zarza (Rubus fruticosus), la vid (Vitis vinifera) y el espino albar (Crataegus oxyacantha) contienen apreciables cantidades de proantocianidinas.


– Aceites volátiles

Los aceites volátiles, que se extraen de las plantas para producir aceites esenciales, son algunas de las sustancias vegetales medicinalmente activas más importantes y, se utilizan mucho en perfumería también.

Son mezclas complejas, a menudo de más de 100 componentes, la mayoría de ellos monoterpenos ( moléculas que contienen 10 átomos de carbono).

Los aceites esenciales tienen muchos usos, por ejemplo, el de árbol del té (Mealeuca alternifolia) es antiséptico, mientras que el de mirto de brabante (Myrica gale) es un efectivo repelente de insectos. Destilados, algunos aceites esenciales contienen sustancias que no están presentes en el aceite volátil, como ejemplo el camazuleno presente en el aceite esencial de manzanilla (Chamomilla recutita) es antinflamatorio y antialérgico.

Las resinas, substancias oleosas pegajosas que se extraen de algunas plantas, como la corteza de pino silvestre (Pinus sylvestris), a menudo se vinculan con los aceites esenciales (oleoresinas) y las gomas, aunque no son volátiles.


– Saponinas

Principal componente activo de muchas plantas medicinales clave. Reciben el nombre de saponinas, pues, tal como el jabón hacen espuma cuando entran en contacto con el agua.

Existen 2 tipos, o sea, esteroidales o triterpénicas, la estructura química de las primeras es parecida a la de muchas hormonas, como el estrógeno o el cortisol, siendo que muchas plantas que las contienen poseen una marcada actividad hormonal. el ñame silvestre (Dioscorea villosa), a partir del cual se desarrolló la primera píldora anticonceptiva, contiene saponinas esteroidales.  Las triterpénicas son más frecuentes, por ejemplo en el regaliz (Glycyrrhiza glabra) y en la primavera (Primula veris), pero estas, tienen menor poder hormonal. Son expectorantes y ayudan en la absorción de nutrientes.


– Glucósidos cardiacos

Presentes en diversas plantas medicinales, sobre todo en las digitales (Digitalis purpurea) y en el lirio de los valles (convallaria majalis).

Los glucósidos cardiacos, tales como, la digitoxina, la digoxina y convalatoxina tienen una potente acción sobre el corazones, aguantando su forma y ritmo de contracción cuando falla. También son diuréticos, estimulan la producción de orina, favoreciendo así la eliminación de liquido de los tejidos y del sistema circulatorio.


– Glucósidos cianogénicos

Estas substancias tienen como base el cianuro, un potentísimo veneno, que según algunos autores, en pequeñas dosis ejercen un útil efecto sedante y relajante sobre el corazón y los músculos.

Tanto la corteza de cerezo negro americano (Prunus serotina), como las hojas del saúco (Sambucus nigro) contienen glucósidos cianogénicos, que calman la tos seca y irritativa. Muchos huesos de frutas también contienen elevados niveles de estos compuestos, tales como, el albaricoque (Prunus armeniaca).


– Polisacáridos

Presentes en todas las plantas, los polisacáridos están formados por múltiples unidades de azúcar unidas entre si.

Desde el punto de vista botánico, los polisacáridos más importantes son los mucílagos y las gomas. Tanto unos como los otros absorben mucha cantidad de agua, originando una masa gelatinosa y pegajosa que se utiliza para calmar y proteger tejidos irritados, tales como, piel seca y irritada o las mucosas inflamadas del estómago.

Ejemplo de plantas mucilaginosas son el olmo rojo (Ulmus rubra) y el lino (Linum usitatissimum).

Algunos polisacáridos estimulan el sistema inmunológico, tales como, el acemanano, presente en las hojas del áloe (Aloe vera).


– Amargos

Los amargos son un grupo de substancias distintas entre si, siendo su rasgo común su intenso sabor desagradable.

El gusto amargo estimula las secreciones de las glándulas salivales y del sistema digestivo.

Debido a la mejora de la digestión y la mayor absorción de nutrientes el organismo se fortalece. 

Ejemplos de plantas con amargos, son el lúpulo (Humulus lupulus), el ajenjo (artemisia absinthium) o la chirayata ( Swertia chirata).


– Alcaloides

Grupo muy diverso que, contienen una molécula con nitrógeno, que los hace farmacológicamente activos. Algunos son medicamentos de aplicaciones muy recurrentes.

La vincristina derivada de la vicaria (Vinca rosea), es utilizada como adyuvante en el tratamiento de algunos tipos de cáncer.

Otros alcaloides como la atropina que, se encuentra en la belladona (Atropa belladonna), ejercen un efecto directo sobre el organismo disminuyendo los espasmos, calmando el dolor y, secando las secreciones corporales.


– Vitaminas

Aunque a menudo no se les valora, muchas plantas medicinales, contienen niveles altos de vitaminas. Siendo que, algunas son muy conocidas por su potencial vitamínico, como ejemplo, el rosal silvestre (Rosa canina), que contiene elevadas concentraciones de vitamina C, la zanahoria (Daucus carota), rica en betacaroteno (provitamina A), pero, existen muchas menos conocidas. El berro (Nasturtium officinale) con alto contenido en vitaminas B1, B2 , C y E, así como, betacaroteno. 

Se puede considerar un suplemento vitamínico y mineral al espino amarillo ( Hippophae rhamnoides).


– Minerales

Muchas plantas medicinales, como alimentos vegetales que son, aportan grandes cantidades de minerales. En especial, las cultivadas acorde a los principios de la agricultura ecológica que, extraen minerales del suelo y los convierten en asimilables.

Alimentos, tales como, la col (Brassica aleracea), ingerida como verdura o como medicina, como es el caso del fuco (Fucus veiculosus). Las hojas del diente de león (Taraxacum officinale) son un potente diurético, equilibrado por su elevado contenido en potasio, o por ejemplo, el elevado contenido en sílice  de la cola de caballo (Equisetum arvense) que ayuda a reparar el tejido conectivo, haciéndose útil en caso de artritis.


– Glucosinolatos

Se encuentran exclusivamente en especies de la familia de las mostazas.

Ejercen sobre la piel un efecto irritante, provocando inflamación y ampollas.

Se aplican en emplastos para aumentar el riego sanguíneo de una zona afectada, disminuyendo el dolor y a la vez contribuye a la eliminación de los materiales de desecho acumulados.

Ingeridos los glucosinolatos, se degradan y producen un sabor acre intenso. Tanto el rábano (Raphanus sativus) como la mostaza blanca (Sinapis alba) contienen grandes cantidades de glucosinolatos.


Nota: La información plasmada en este articulo fue sustraída de la «Enciclopedia de plantas medicinales» de Andrew Chevallier.