Los Gansos Salvajes

No tienes que ser bueno.

No tienes que avanzar de rodillas por el desierto

centenares de kilómetros mostrando tu arrepentimiento.

Solo tienes que dejar que el buen animal que hay en tu cuerpo

ame lo que ama

Cuéntame tus penas y yo te contaré las mías.

Mientras el mundo avanza.

Mientras el sol y los guijarros lavados por la lluvia

atraviesan el paisaje

los prados, los frondosos árboles,

las montañas y los ríos.

Mientras los gansos salvajes emprenden, surcando el limpio

cielo azul,

su camino de regreso a casa.

Seas quien seas y sin importar lo aislado que te encuentres

el mundo se ofrece a tu imaginación, llamándote

como lo hace también el graznido áspero y emocionante

de esos gansos salvajes

Autor: Mary Oliver

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