Compostaje – Consideraciones

En el mundo actual, la producción y consecuente gestión de residuos es un enorme problema en los países denominados, aunque a mi ver de forma errónea, «países desarrollados».

En este artículo vamos a hablar de compostaje y para ello voy a empezar por hacer una breve contextualización de la producción de residuos sólidos urbanos, puesto que parte de estos son los que se pueden compostar.

Hablaremos de cómo producir compost a nivel doméstico, ya que esto también se puede hacer en fincas agrícolas o a nivel industrial.

Los residuos sólidos urbanos (RSU) son los residuos domésticos y similares generados en comercios, oficinas, instituciones, además de los residuos procedentes de la limpieza urbana, tales como la limpieza de mercados, parques y jardines, plazas, etc.

Entre los años 1995 y 2003, la producción de RSU en Europa aumentó constantemente alrededor del 2% anual, desde 457 kg por habitante hasta los 534 kg por habitante, según datos de Eurostat, 2005. Es cierto que la producción de RSU es mayor en miembros más antiguos de la UE, con una producción media de 574 kg por habitante, que en los nuevos miembros, que presentan una media de 312 kg por habitante.

Los RSU producidos en la UE son destinados a vertederos, incinerados y/o tratados de diversas maneras. Desde el año 2000, es clara la tendencia de disminución (10%) de los envíos de RSU a vertederos, y como consecuencia, ha aumentado el porcentaje destinado a tratamiento, dejando clara la tendencia de optar por el reciclaje frente a los vertederos.

La directiva europea 1999/31/EC sobre el vertido de residuos limita la cantidad de RSU degradables que se puede verter en 2006 al 75% de la cantidad producida en 1995, para el 2009 al 50%, y para 2016 al 35%. Esto hizo necesaria la adopción de medidas y estrategias basadas en el reciclado de la fracción orgánica mediante tratamientos aeróbicos, como el compostaje, o anaeróbicos, como es el caso de la digestión para la producción de biogás, o mediante el pretratamiento de los residuos antes de su vertido controlado mediante incineración, tratamientos mecánicos o biológicos.

Con todo esto, el vertedero sigue siendo la opción principal en Europa, con el 48,8% de los residuos generados en 2003, lo que supone el 66,2% de los RSU generados en 1995. En España, la cantidad de RSU que van al vertedero supone el 66,75% del producido en 1995, según Eurostat, 2005; MMA, 2004. La incineración (tratamiento térmico con obtención de energía) ha aumentado de manera paulatina respecto a 1995. La cantidad de RSU incinerada ha aumentado y supone el 17% de los RSU en 2003. El reciclaje y otras formas de tratamiento han aumentado en 2003 (Eurostat, 2005). El reciclaje de RSU va en aumento, pero aún hay mucho por hacer. También sería importante decrecer, es decir, reducir en lugar de reciclar.

–  Materiales de descomposición lenta

o Pedazos de fruta y verdura
o Bolsas de infusiones y posos de café
o Paja y heno viejo
o Restos de plantas
o Estiércoles pajizos (caballos, burros y vacas)
o Flores viejas y plantas de macetas
o Desbroces de setos jóvenes
o Malezas perennes
o Lechos de hámster, conejos y otros animales
domésticos (herbívoros);

 

–  Descomposición muy lenta

o Hojas de otoño
o Desbroces de setos duros
o Ramas podadas
o Serrín y virutas de madera no tratada
o Cáscaras de huevo
o Cáscaras de frutos secos
o Lanas e hilos naturales
o Pelos y plumas
o Huesos de frutos (melocotón, aguacate, aceitunas, etc.);

 

– Otros materiales

o Ceniza de madera (espolvorear en cantidades pequeñas)
o Cartón, cartones de huevos, servilletas bolsas y envases de papel
o Periódicos (en pequeñas cantidades).

Gráfica 1: Evolución de la cantidad de residuos urbanos recogidos por habitante en España
 
Si miramos la gráfica 1, podemos concluir que la evolución de la cantidad de residuos urbanos recogidos por habitante en España se mantiene casi constante desde el año 2010 hasta el 2020, apreciándose un ligero descenso al inicio de la gráfica.
 
Gráfica 2: Cantidad de residuos recogidos por cada habitante en España según el tipo de residuo.
 
Según la gráfica 2, podemos apreciar que los residuos mezclados representan con gran diferencia los residuos más recogidos, es decir, el porcentaje de clasificación de los residuos en el hogar es muy bajo; algo no está funcionando correctamente.
 
Gráfica 3: Evolución del número de toneladas de residuos urbanos recogidos en España.
 
En la gráfica 3, podemos ver que la producción y consecuente recogida de basura en España se mantuvo casi constante entre los años 2010 y 2020. Las toneladas de basura producidas son abrumadoras, pero, como aliento, sirve el hecho de que no hay una tendencia al aumento.
 
Gráfica 4: Comparativa de residuos urbanos recogidos según el tipo de material.
 
En la gráfica 4, sacamos varias conclusiones. Primero, el número de residuos vegetales y animales recogidos aumenta.
 
Esto se debe a la escasa práctica de compostaje doméstico en España, además de la tendencia poblacional de vivir en los grandes centros urbanos, donde el compostaje doméstico no es viable. Cabe señalar que algunos ayuntamientos están instalando compostadores comunitarios, como el caso de Cambados (provincia de Pontevedra), que tiene un programa de formación y suministro de compostadores a los residentes del rural.
 
Otra apreciación muy importante es que justo el residuo de material más contaminante, más difícil de reciclar y que es muy abundante en nuestro entorno es, con diferencia, lo menos recogido. Esto significa que no se separa; está en los residuos mezclados de la gráfica 2, lo cual es un gravísimo problema, especialmente teniendo en cuenta la inmensa contaminación por microplásticos.
 
Hecha una breve contextualización de la gestión de residuos sólidos urbanos (RSU) en España y Europa, pasaremos a centrarnos en la temática de este artículo: el compostaje doméstico, teniendo en cuenta que, a día de hoy, también se produce compost a nivel industrial y en las granjas agrícolas.
 
Desde la agricultura ancestral, el hombre asegura la fertilidad de sus campos de cultivo mediante la incorporación de materiales orgánicos (residuos animales y vegetales de sus granjas). Esta técnica estaba basada en lo que ocurría en la naturaleza, donde la materia orgánica de plantas y animales se mezcla en el suelo, descomponiéndose y aportando nutrientes a la tierra de los que se alimentan las plantas. Tras la Segunda Guerra Mundial, esta práctica fue abandonada en los países desarrollados, siendo sustituida por fertilizantes químicos de síntesis, producidos a bajo coste a partir de la energía derivada del petróleo.
 
Pero hace 10 ó 15 años se observó un gradual pero constante descenso en la fertilidad de los campos, debido a que la carencia de materia orgánica en los suelos ha alterado el ciclo natural, haciendo desaparecer los organismos conocidos como descomponedores, encargados de fabricar humus.
 
El compostaje es una técnica mediante la cual se crean las condiciones necesarias para que, a partir de residuos orgánicos, los organismos descomponedores fabriquen un abono de elevada calidad: «El Compost». El compost es un abono de alta calidad obtenido de la práctica del compostaje.
 
¿Por qué es importante realizar compostaje en nuestro hogar?
– Porque reducimos la cantidad de basura que acaba en vertedero o incineradora;
– Porque cerramos el ciclo de la materia orgánica;
– Porque obtenemos un abono de elevada calidad para nuestras plantas, sin ningún tipo de producto químico;
– Porque devolvemos al suelo materia orgánica, enriqueciéndolo de esta manera.
 
¿Por qué compostar?
– Efectos en la estructura del suelo: El compost, debido a su estructura aterronada, facilita la formación de conglomerados del suelo, permitiendo así mantener una correcta aireación y humedad del mismo;
– Efectos sobre la salud del suelo: Se trata de un producto natural, sin compuestos químicos y libre de patógenos. En muchos casos actúa como bactericida y fungicida;
– Efectos sobre los nutrientes de las plantas: Al ser un producto rico en micronutrientes y macronutrientes, se convierte en un excelente abono para las plantas;
– Beneficios económicos: No es necesario adquirir este producto, ya que se obtiene de un proceso muy sencillo que se puede realizar en el hogar.
 
Compostador
El compost puede hacerse en una simple pila de restos orgánicos, pero resulta más práctico, por cuestión de espacio y estética, el uso de un compostador. Se trata de la «herramienta» principal para realizar el proceso. Debe tener una serie de requisitos, como son:
– Sistema de ventilación para permitir la entrada de oxígeno;
– Sistema de cierre lateral para mantener las condiciones de temperatura;
– Sistema de cierre superior, para evitar la inundación por lluvia;
– Facilidad de apertura y manejo;
– Sin base, para permitir la entrada de aire y acceso de los organismos que habitan en el suelo y se encargan de la descomposición de los materiales.
Teniendo en cuenta los parámetros anteriores, se puede fabricar de manera artesanal un compostador.
 
Materiales susceptibles de ser compostados
Para obtener un compost de alta calidad es mejor utilizar una gran variedad de materiales y, cuanto más triturados estén, más rápido obtendremos el compost. Toda la materia introducida debe ser orgánica. Es recomendable mezclar materiales de rápida descomposición con los de lenta.
 
Los materiales susceptibles de ser compostados son:
– Materiales de rápida descomposición:
  • Hojas frescas
  • Restos de la siega de césped
  • Estiércol de animales de corral
  • Malezas jóvenes
 
  
Imagen 1: Temperatura atingida en funcion de la fase del proceso de compostaje
 
 Parámetros del proceso de compostaje
 

Considerando que en el proceso de compostaje los responsables de la transformación son seres vivos, todos aquellos factores que puedan limitar su vida y desarrollo, limitarán también al propio proceso.

Los factores que intervienen son complejos, pero se pueden señalar como importantes la temperatura, la humedad y la aireación.

– Temperatura: En cada fase del proceso intervienen una serie de microorganismos, cada uno de ellos con un rango de temperatura diferente.

– Humedad: Este factor es indispensable para los microorganismos, ya que el agua es el medio en el que viven, se desplazan y se alimentan. En la práctica del compostaje, siempre se ha de evitar una humedad elevada porque desplazaría al oxígeno y, en consecuencia, el proceso pasaría a ser anaeróbico (ausencia de aire), lo que produciría putrefacción. Por otra parte si la cantidad de humedad de la pila de residuo es baja, se produce la disminución de la actividad de los microorganismos y en consecuencia el proceso se retrasa. Hemos de tener en cuenta, que el propio calor generado en el proceso provoca la disminución de la humedad ( debido a la evaporación). Se Consideran  niveles óptimos, humedades del 40 al 60%, dependiendo de la mezcla de materiales más o menos fibrosos del contenido de la pila. 

 

– Aireación: El oxígeno es fundamental para que los microorganismos puedan descomponer eficazmente la materia orgánica, por eso el aporte de aire en todo momento debe ser idóneo para mantener la buena  actividad microbiana, sin que aparezcan condiciones anaerobias, que, además de entorpecer el proceso, dan lugar a la aparición de olores y a un producto de inferior calidad y estabilidad.

Para que no se inicie el proceso anaeróbico, debe superarse un mínimo del 10% de aireación, para ello es importante controlar los materiales introducidos en la pila, ya que, muchos de los restos vegetales, en especial el césped, tienden a apelmazarse y provocar putrefacciones.

  
 Imagen 2: Diagrama del proceso de compostaje con sus productos.
 
 Problemas y soluciones 
 
Los problemas que pueden presentarse durante el proceso de compostaje son mínimos y de fácil solución, para saberes a los que te puedes afrontar en un proceso de compostaje consulta la tabla 1.
 
 
(Fuente: «Manual de compostaje» de Amigos de la Tierra).
 
Tabla 1: Problemas y soluciones en el proceso de compostaje.
  
 Compostaje en la naturaleza / compostaje doméstico
 

En ambos procesos partimos de la misma materia prima, restos orgánicos, aunque en el medio natural tenemos un pequeño aporte de materia orgánica de origen animal que son los excrementos y los cuerpos de los animales que han muerto.

En el medio natural, diversos seres vivos (carroñeros y descomponedores) actúan sobre estos materiales troceándolos y simplificándolos y, en nuestros hogares podemos realizar esta acción troceando los restos con unas tijeras de poda o adquirir una trituradora eléctrica de jardín.
 

En los bosques los procesos de fermentación se desarrollan lentamente, necesitando al menos un año para completar los procesos de descomposición más significativos y, en nuestro compostador, realizando bien el mantenimiento y vigilando las condiciones, el proceso puede durar un máximo de seis meses.

En la naturaleza, el agua y el oxígeno que necesitan los microorganismos los aporta la atmósfera.

En nuestros compostadores además de la atmósfera, nosotros también aportamos riegos según sean necesarios, e incluso volteos por medio de una horquilla para airear el montón.

Prohibido incorporar:
 
1 – Carne y pescado;
2 – Productos derivados de la leche;
3 – Productos que contengan levaduras o grasas;
4 – Ceniza de carbón;
5 – Heces de perros y gatos o Pañales desechables;
6 – Revistas ilustradas;
7 – Residuos de aspiradora;
8 – Filtros de cigarrillos;
9 – Tejidos sintéticos.
 
 
 
Preparación de los materiales
 
Para la obtención de un buen compost, en el mínimo de tiempo, es conveniente realizar una mezcla muy variada de materiales y lo más triturados posible.
 
En primer lugar es conveniente fabricar un lecho o una cama de ramas, paja, o cualquier otro material que permita la aireación y no se compacte. Este lecho de aproximadamente 20 cm se situará en la base del compostador, y su función será la de facilitar la aireación y la entrada de microorganismos al mismo. A continuación se introducirá el resto del material, a ser posible pasado por una biotrituradora (en caso de madera), o cortado con unas tijeras de podar o normales los materiales de menores dimensiones.
 
Para que alcance las condiciones adecuadas de temperatura es conveniente llenar al menos la mitad del compostador la primera vez.
 
La relación entre material húmedo y material seco es 2/1, para conseguir así el mantenimiento de la humedad durante el proceso, aunque esto no tiene porque medirse de una manera estricta. Para controlar la humedad hay que observar que el material tenga aspecto húmedo, pero no desprenda líquido.
 
Las siguientes veces que se introduzca el material nuevo, se mezclará con el material más antiguo, para que este facilite la descomposición del material más fresco.
 
 
Es importante al introducir restos de comida cubrirlos con material antiguo y hojas, para evitar la proliferación de mosquitas de la fruta, que no atacan al ser humano, pero son molestas.
 
 
Una vez introducido el material, no son muchos los cuidados necesarios del proceso de compostaje. Cada vez que se introduzca material nuevo, es conveniente remover este y mezclar con el material antiguo. También es conveniente realizar volteos generales, de toda la pila de compost, para permitir la aireación y la correcta mezcla de materiales. Cuanto más a menudo se realicen estos volteos, más rápido avanzará el proceso.
 
Para controlar la humedad es importante vigilar el estado del material en distintos puntos del compostador (es común que los laterales estén secos por el contacto con el aire, y la parte central contenga más humedad). Si hay partes de la pila que se observan secas y otras contienen humedad, la solución será realizar un volteo para homogenizar la proporción de humedad.
 
Si el material se observa seco en toda la pila, será necesario aportar agua externa. Es conveniente mezclar el material de forma simultánea al riego, ya que de esta forma se logra humedecer toda la pila.
 
 
En las épocas donde las temperaturas son más extremas (verano e invierno) es conveniente proteger el material, en verano situándolo a la sombra, y en invierno facilitando que le alcance el sol los días que este brilla. Sin embargo, si esto no fuera posible, no existe ningún problema. Simplemente se ralentizará el proceso durante estas épocas.
 
 
También existen materiales naturales, que actúan como aceleradores del proceso, tales como compost ya maduro, estiércoles de herbívoros, purines de ortigas, etc. Si tienes acceso a este tipo de materiales, es conveniente aportarlos de manera periódica, en cantidades no muy abundantes.
 
 
 
Proceso de compostaje
 
El proceso de compostaje consiste en la degradación de la materia orgánica mediante su oxidación y la acción de diversos microorganismos presentes en los propios residuos. Este proceso de descomposición de la materia orgánica dura aproximadamente entre cinco y seis meses, y en dicho período se distinguen las siguientes fases:
 
 
– Fase de descomposición: dividida en fases, que son:
 
1) Fase de latencia y crecimiento: 
Se trata del período de aclimatación de los microorganismos a su nuevo medio y el inicio de la multiplicación y colonización de los residuos. Esta fase viene durando de dos a cuatro días y, se inicia con la degradación por parte de las bacterias de los elementos más biodegradables. Como consecuencia de la acción de estas primeras bacterias mesófilas (Actúan a temperaturas medias, aproximadamente hasta 50º C) se comienza a calentar la pila de residuo y se observa la emanación de vapor de agua en la parte superior de la materia vegetal.
 
2) Fase termófila: 
Dependiendo del material de partida y de las condiciones ambientales, el proceso puede durar entre una semana, en sistemas acelerados, y uno o dos meses en sistemas de fermentación lenta.
 
Como consecuencia de la intensa actividad de las bacterias y el aumento de la temperatura alcanzado en la pila de residuos, provoca la aparición de organismos termófilos (bacterias y hongos). Estos organismos actúan a temperaturas más elevadas (entre 60 y 70º C), produciendo una rápida degradación de la materia orgánica. La temperatura alcanzada durante esta fase del proceso garantiza la higienización y eliminación de gérmenes patógenos, larvas y semillas. Pasado este tiempo disminuye la actividad biológica y se estabiliza el medio.
 
3) Fase de maduración: 
Es un período de fermentación lenta (puede llegar a durar 3 meses), en el que la parte menos biodegradable de la materia orgánica se va degradando. La temperatura de la pila va disminuyendo lentamente al igual que la actividad de las bacterias, produciéndose la colonización de la pila por todo un mundo de organismos y microorganismos que ayudan a la degradación de esas partes menos biodegradables de los residuos orgánicos.
 
En ambos procesos, el producto resultante final es un compuesto estable que actúa regenerando el suelo y proporcionándole inmejorables cualidades para el desarrollo vegetal.
 
 
 
Usos del compost
 
Dependiendo del grado de madurez del compost y del tipo de cultivo para el cual se destina, las épocas óptimas para su aplicación primavera y otoño, puesto que, el suelo está caliente y la adición del compost lo calentará aún más favoreciendo la actividad de los microorganismos y el desarrollo de las raíces de las plantas. Existen dos grados de madurez, o sea, el Compost fresco (2-3 meses de compostaje): el que ha tenido un período de madurez corto y en el que se aprecia aún material sin descomponer. Se utiliza como protección frente los cambios de temperatura y humedad, en especial frente a  las heladas. 
 
También mejora las características del suelo y evita la aparición de malas hierbas. Por otra porte el  Compost maduro (aproximadamente 5-6 meses de compostaje), este ha tenido un período de madurez largo y no se aprecian materiales sin descomponer (excepto aquellos de muy lenta descomposición, ramas, cáscaras de huevo, etc.). Se diferencia fácilmente por su textura terrosa y su color oscuro. Se uso principalmente como fertilizante ya que aporta elementos minerales (nitrógeno, fósforo, potasio, etc.) (ver figura 2), además de favorecer la capacidad de retención de agua.
 

Un comentario

  1. Un artículo muy interesante, no sólo, por exponer de un guisa lacónica, concisa y didáctica la problemática objeto de estudio para concienciarnos, que per se, ya es relevante; sino por conquistar y animar a aportar soluciones de una manera que, la acción individual del hombre sea donde florezca un sistema de sustentable para la producción, tratamiento de los RSU y que en definitiva una vez más, el camino de las generaciones es marcado por ellas mismas. En nuestras manos está, el buen hacer individual y colectivo.
    Jose. Abogado.

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